En España tenemos asociados los “polka dots” o el estampado de lunares con los trajes de flamenca, y está bastante justificado, ya que fueron las mujeres de etnia gitana quienes pusieron de moda esos vestidos de faralaes y lunares en las ferias regionales, a finales del siglo XIX.

Sin embargo, en un plano más internacional, estas mujeres no fueron las pioneras en el uso de los “polka dots”. Para encontrar su origen, hay que remontarse unos pocos años más atrás, concretamente a 1830.

Un estampado del año de la polca

Los “polka dots”, como su nombre hace sospechar, tienen su origen en el baile de la polca, que apareció en la región de Bohemia (República Checa) en aquel 1830. Para poder darlo todo en la pista, una de las exigencias era que la indumentaria tuviera estampados los famosos lunares o topos.

La fiebre por la polca empezó a crecer hasta convertirse en el reggaeton de la época. Salió de las fronteras checas y se extendió por Europa, sobre todo en Reino Unido, desde donde emigró a Estados Unidos. Igualito que ocurrió con el reggaeton, pero en sentido contrario, sin blinblineo y sin letras que atentan contra la inteligencia.

Aprovechando esta polcamanía, muchos empresarios se dedicaron a fabricar productos que se relacionaran con este baile tan “mainstream”, por supuesto, estampados con los “polka dots”.

No obstante, como todo lo que sube termina bajando, hacia finales del siglo XIX, la polca dejó de petarlo, al igual que el popular estampado asociado a ella.

Los “polka dots” renacieron en Estados Unidos

La fiebre por los “polka dots” volvió a ganar décimas en Estados Unidos en el siglo XX, cuando Norma Smallwood ganó el certamen Miss América posando en un bañador estampado con lunares, en 1926.

Pero el mercurio subió al máximo gracias a un famoso personaje de papel: la novia de Mickey, Minnie Mouse, con su requeteconocido vestido de “polka dots” a juego con el lazo del pelo. Esto hizo que, una vez más, las tiendas estadounidenses se llenaran con vestidos y complementos de lunares.

Similar a lo que ocurrió con el animal print en los mismos años, los “polka dots” se convirtieron en un símbolo de reivindicación femenina entre las mujeres estadounidenses. De hecho, en años posteriores, auténticas divas como Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor vistieron lunares en algunas producciones hollywoodienses, lo que hizo explotar el termómetro de la polcamanía versión 2.0.

Ya por entonces, el estampado de lunares había dado el salto a la moda masculina, como en las corbatas y las pajaritas, para darles un toque refinado y a la vez desenfadado.

Las grandes casas de moda, por supuesto, también adoptaron los “polka dots” y los lucieron en pasarelas de todo el mundo, a través de prendas de lo más variopintas.

Del año de la polca hasta el nuestro

El estampado de “polka dots” hoy se encuentra hasta en la sopa. Es un patrón sencillo que aporta un toque alegre y coqueto a la prenda, y sirve tanto para degustar una cena con champán y caviar como para ponerse fino en la Feria de Abril a base de rebujito y pescaíto frito.

Sin embargo, de todas las prendas y los complementos que podemos llevar encima, hay uno que suele olvidarse… ¿Sabrías decir cuál es?

Cordones sliwils

Efectivamente, parece que los cordones solo sirven para atarnos el calzado, pero no, no no… También son complementos con los que expresar nuestra personalidad, para darle así el broche final a nuestro outfit.

En Sliwils hacemos cordones con estampados para todos los gustos, y los “polka dots” son los ideales para personas alegres, divertidas y con ese estilo coqueto que tanto gusta.

Si te has cansado de vestir siempre igual y quieres darle uno o varios puntitos diferentes a tu look, nuestros cordones de lunares serán la horma de tu zapato. Aptos para bailar polca, flamenco o (allá tú) reggaeton.

Passion

Cordones blancos sobre fondo rojo

Grace

Cordones negros sobre fondo blanco

Goodness

Cordones con polka dots de varios colores

Fresh

Cordones con polka dots blancos sobre fondo verde

Brightness

Cordones con estampado polka dots blancos sobre amarillo